A ver Ghost G, que te explico. Es obvio y ni negante por ti que estás demostrando la subyugación; en cualquier forma o practica; dicho esto no tendría que explicarte más sobre mi acción, pero quiero demostrar, recalcar y hacerte entender los problemas que su actitud muestra a la inexistente sociedad.
La subyugación que tú cometes, aunque pueda parecer que usted está siendo subyugado por mí; al mostrarme en el lado superior de la moneda, estoy siendo mandado por ti a cometer una acción que yo no he elegido. Yo solo digo ¿No es malo que tus acciones sean decididas por otras personas? ¿Qué la suya existencia se dedique a ser herramientas sin voluntad de él que en lo alto manda? ¿No es acaso opresor que ni se cuestione que el que en lo alto manda este en ese puesto? Somos conscientes de que el mundo en injusto ¿Y qué se hace si no al respecto que reírnos de esa injusticia? Decís, “no podemos hacer nada” y os echáis a reír como bien os ha enseñado la propaganda, decís “Tampoco está tan mal” mientras el tren os manda al fusilamiento espiritual. Y decís “Mientras no me toque” viendo como el suicidio es la principal causa de muerte externa en el mundo y los números siguen subiendo. Anhedonia, la anhedonia es la enfermedad mental que deriva de la larga exposición a estímulos de entretenimiento o diversión, provoca la falta de alegría a largo plazo y posible adicción ante tal estímulo, droga mental, pero la realidad es mentira, lo psíquico y lo físico no solo se mezclan en la realidad vivida provocado a la perspectiva humanista y antropocentrista de la moribunda sociedad, si no que el aspecto físico es inferior ante los sentimientos desbordados de la muchedumbre que no comprende el verdadero significado de la templanza. La felicidad propia es sufrimiento ajeno, pero la gente no quiere sufrir, no entienden sus beneficios para la sanación y la perseverancia; ante ello, deciden no sufrir siendo tú mismo, no ellos mismos, TÚ MISMO; y al final todos se vuelven una masa homogénea que no entiende por su cuenta, pensando que son solo un escalón inútil en un esquema de las cosas que solo busca su muerte rápida pero dolora, riéndose de su falta de clara utilidad. Ahí es donde entras tú, el suyo contenido atenta a favor de la felicidad nihilista, al autodestrucción de la estamentación social y la ciega creencia a seres que, como suelo decir “Aman más a su Ídolo Dorado que un religiosos ama a su Dios” Demostrando una subyugación ciega que ni podéis ver lo horrible que está. Solo el hombre fuera del laberinto puede ver todo el plano; y los que lo crean tienen que estar dentro para poner sus paredes, en sí el problema no es solo la subyugación, si no que ni los que subyugan son consientes de lo que hacen, de lo que crean y que enseñan ¿Verdad que la gente suele amar más un producto más humano? No hecho por una corporación, si no por una persona; es el sentimiento de personificación, que la gente son personas como tú y como yo, cuando ni los son ni se acercan, estoy tratando de explicar que ni los ídolos dorados que tu contenido idolatra son conscientes de ello y por eso no tienen la responsabilidad ni el sentimiento de que sus acciones van a repercutir a miles de vidas humanas; usted no solo alaba a esos falsos dioses, si no que en ya no contadas ocasiones ha llegado un punto de idolatría extrema que pensare que tienes la capacidad de réplica de a las falsas gentes que tanto amas y tanto quieres, inconscientes de lo que te pueda estar repercutiendo su obra audiovisual en tu vida y la de la mayoría absoluta de la que lo consume. Amaste tanto al mal amor, que quisiste compartir TÚ mal amor con el resto de inconscientes; lo mismo que he explicado pero de una manera más horrible, tú transformado en el mal manipulador; el falso Dios torturando a sus alegres esclavos, siguiendo la cadena de aquellos que le subyugan, y viendo como los que subyugas también la sigue subyugando, en una línea hacía abajo en la que piensas “Menos mal que yo no soy el último eslabón, menos mal que aún hay peores” Sin ser conscientes de que se están allí por problemática tuya.
Conclusión: Se te ve el huevo, Joaquín.
